Si se dejan a un lado las palabras y la retórica
sobre el aborto, hay que hacerle frente a la horrible realidad. Los niños por
nacer que no son deseados por sus padres, son quemados, envenenados, cortados y
despedazados en el claustro materno. Los niños prenacidos no difieren en nada
de los recién nacidos, solamente son más jóvenes. Muchos podrían vivir si
nacieran prematuramente. Todos sufren horribles dolores antes de morir
abortados. ¿Es acaso un derecho de la mujer el poder decidir sobre la vida o la
muerte del ser inocente que lleva en sus entrañas? ¿ O es tal supuesto
"derecho" un caso de maltrato infantil o de verdadero homicidio, con
un nombre diferente?
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